jueves, 12 de noviembre de 2009

escuela de mujeres...sobre infidelidad y la estupidez




El observador comenta al sentir similitud entre el sexismo y la infidelidad, mal y tradicionalmente llamada con el peyorativo “cachos”, es ésta, una obra de época con contenido actual, en la que se ve evidenciado el sexismo en un personaje de alta sociedad, buena familia y perfecto grupo social; tacha que posee mucha gente en la actualidad, donde si la mujer que viene a ser entrevistada para ser secretaria no posee los números mágicos (90 – 60 – 90), es posible que nunca pueda trabajar; donde cuando tomamos un taxi y vemos que es una mujer nos bajamos, o siempre que vemos un choque decimos, “Eso mínimo era una vieja”.

Arnolfo, en conciencia de las infidelidades de las que había sido víctima su amigo Chrysalde da cuenta de la historia de una manera cómica y pintoresca, en la que indica cómo puede hacer un hombre digno para cultivar un amor “condicional” y no ser víctima de un acto tan desagradable como lo son los “cachos” o “cuernos”, una situación común en las relaciones de pareja y que puede ocurrir por diversos factores, tanto emocionales, como culturales.

En un trayecto del escenario a la realidad, es claro (aunque a veces se pierde tal claridad) que estamos parados en una sociedad monógama en la que tal actividad puede verse mal, generar chismorreos, ¡y por qué no! Ser censurada; pero en otras sociedades donde la cultura está regida por la poligamia no se desataría el mismo efecto; son incluso aludidas como “las más civilizadas” ya que el que un hombre tenga 7 mujeres, y las 7 puedan convivir en la misma casa, comiendo en la misma mesa, marca un límite abismal con nuestra pobre, acortada y monógama cultura, sino cómo explicar que acá el mismo hecho deje por lo menos 7 muertos.

Bien, volviendo al cómico ser; nuestro Arnolfo, pensó que había encontrado la manera más eficaz de combatir este problema (el de los cachos), puesto que supuso que la adquisición de una niña de temprana edad y el mando de la misma a un internado, en el que no tendría contacto con la sociedad, ni con ningún otro pretendiente que no fuera él, la mantendría aislada de todo camino “infiel”; pero su plan falló, porque ésta se enamoró de otro joven con el que al fin logró contacto.

Arnolfo en un intento desesperado, al darse cuenta de lo que el pretendiente planeaba, empieza a enseñarle a la joven normas que debe tener en cuenta para el matrimonio, en función de presionarla a estar con él, pero ésta le confiesa su amor por el joven; Arnolfo lleno de ira intenta separarlos; pero un amigo le aconseja que si no quiere ser el objeto de burla de la gente o hallan habladurías, mejor no se case así no tendrá quien le monte “cachos”.

independientemente que en la epoca actual sea cotidiano, el hecho de ser infiel a su pareja, no quiere decir que este sentimiento no siga causando dolor; y a pesar que esta epoca conteporanea sea mas castigado en las mujeres que en los hombres, pero Ines no le voi ninguna complicacion en decir y en sentir lo que Horacio tan encantadoramente le hacia vivir.

pero al final esa parte tan sexista de arnolfo, de lo que las mujeres deben hacer para satisfacer a sus esposos, nunca se preocupo por consentirla ni darle cariño, el creyo que con el solo dinero y lujos estaria ahi para obedecerle y serle fiel; la infidelidad no es infidelidad, hasta que la persona engañada no se entera, lastimosamente Arnolfo si se entero.