jueves, 10 de septiembre de 2009

colombia pose o fotomontaje

Se afirma comúnmente que la fuerza y riqueza de un país está en su gente; atendiendo a este presupuesto, ¿si le aplicáramos a Colombia una prueba de esfuerzo que resultados obtendríamos? No es alentador el panorama; nueve años antes del establecimiento de la República ya se presentaban divisiones irreconciliables que condujeron a tempranas confrontaciones civiles que, desde el nombre calificaban el proyecto: Patria boba. Lograda la independencia se acentuaron divisiones que a lo largo del siglo XIX se pusieron en evidencia en seis guerras civiles, la última de las cuales con sus mil días de duración abrió el siglo XX presagiando la realidad por venir.

Cada guerra produjo una nueva constitución en la que se plasmaron los intereses del partido ganador y se pretendió anular al vencido. Transcurridos ciento cinco años y trece reformas; en virtud de nuevas violencia y tratando de abrir espacios a diferencias irreconciliables se presentó una nueva carta política que pretendió, de una vez por todas, eliminar el fantasma de la discordia y fortalecer el músculo social, reconocer los olvidados, perdonar las infracciones y resolver las múltiples diferencias mediante un tratamiento que se denominó Estado social de Derecho.

Este año cumple la mayoría de edad el nuevo país y como adolescente se comporta: desconoce su pasado, que lejos de ser dorado cual la primera franja de la bandera, se avizora rojo sangre. Perviven dos grupos guerrilleros fuertes en la región centro y oriente, los reductos de paramilitarismo han evolucionado en grupos emergentes, milicias y bandas que propiciaron con sus enfrentamientos y para quedarse con las tierras, el desplazamiento de casi tres millones de campesinos, según datos oficiales. Además, Colombia cuenta, según el censo con 45 millones de habitantes, de los cuales, según datos del Dane, once millones viven con menos de un dólar al día, es decir, están en la miseria y Según la misma entidad, el desempleo alcanza el diez por ciento.

Como todo adolescente el país está en etapa de formación académica y para hacerlo se enfrenta a una cobertura que solo en las llamadas principales ciudades alcanza el ochenta por ciento, en regiones periféricas, -la mayoría en un país que concentra la población y recursos en el eje central- no llega al cuarenta por ciento. Antes de la madures se buscan nuevos destinos, aventuras y experiencias que en el caso de país se proyectan con la huida o migración, en los últimos quince años, de seis millones de brazos a producir en otros países.

Quienes desde afuera ven a Colombia y los que al interior la viven se consuelan con añejas formulas de belleza tropical que se baña en océanos, cada vez más privados en el Atlántico y menos deseables por riesgosos en el Pacífico; paisajes montañosos en los que otrora se sembró café ahora cultivan minas que han merecido el título de segundo país en el mundo en ésta poco deseable cosecha. Si hay gran riqueza de flora y fauna se conoce por referentes, revistas, televisión de dos canales privados o fotos en Internet, pues el turismo local no sobrepasa, regularmente, los doscientos kilómetros, lo que equivale a no salir del departamento de origen.

Hay, no se puede negar, una inmensa mayoría de gente que busca permanecer vigente en el mercado laboral, que aprovecha las oportunidades existentes, que aún se consuela en la visión de sus hijos para rendir otro poco, que disfruta los dieciocho festivos, cincuenta y dos domingos e igual número de tardes de sábado que no se trabaja para, en esos 221 días del año, según la encuesta del Estado, dedicarse a ver televisión, ir a cine y hacer lo posible por no leer. Colombia es adolescente, es de esperar que sus errores no comprometan oportunidades futuras.

Por William Molina Merchán

miércoles, 9 de septiembre de 2009

cultura metro

Un día normal, me dirigía hacia la universidad san buenaventura sede bello, me vi en la tediosa tarea de tener q subirme a el metro para poder llegar allí, por que no sabía q bus me dejaba exactamente allí. Cuando compre mi tiquete, me dirigí a las escaleras pensando (que pereza q me toque parada, teniendo en cuenta q son muchas estaciones).
Al entrar el metro medí cuenta que una de las sillas estaba vacía y me dirigí hacia ella, descansando al sentarme.
En la siguiente estación se subieron muchas personas, y entre tanta gente 3 sujetos hicieron llamar mi atención, la primera una señora embarazada que se aproximaba a los 6 mese de embarazo, la segunda una anciana con unos paquetes en la mano, y el tercero un señor que en su cara se veía la fatiga que tenia, probablemente trabajo toda la noche.

Al darme cuenta de esta situación, que probablemente estas personas pensaran:¿si esta niña esta tan joven, porque no me sede el puesto? y yo pensaría a esto:
-supongo que si están muy cansados por qué no cogieron un taxi...si quieren ir sentados.
-por otra parte, que al comprar el tiquete estaban predispuestos a que les tocara de pie o sentado.

y son muchas las variantes mas q hay q pensar cómo, si a la persona que le sedería el puesto se bajara en la próxima estación, siento que no valdria la pena. En fin, no sedería mi puesto a nadie y me quedaría sentado esperando a llegar a mi destino.